jueves, 27 de agosto de 2009

LEYENDA ROCIERA







Cuenta una antigua leyenda Rociera, acerca de un hombre llamado Francisco, quien cuidaba la Ermita de la Vírgen del Rocío. A ella acudía la gente a rezar con mucha devoción y pedirle a la Vírgen algún milagro.

Un día el ermitaño Francisco quiso pedirle un favor. Lo impulsaba un sentimiento generoso. Se arrodilló ante ELLA y le dijo:
Señora quiero padecer por tí, déjame ocupar tu puesto, quiero reemplazarte en tu altar. Y se quedó con la mirada fija puesta en la Vírgen, como esperando la respuesta.
La Vírgen abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras:

" Hijo mío, accedo a tu deseo, pero con una condición"

¿Cual Señora? preguntó con acento suplicante Francisco.
! Es una condición dificil! le dijo la Vírgen.

Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda Señora, respondió el viejo ermitaño.

Y ELLA le dijo: Suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de estar en silencio siempre.
Francisco contestó.: Os lo prometo Señora y se efectuó el cambio.

Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño en el altar y la Vírgen ocupaba el puesto del ermitaño.
Y éste por largo tiempo cumplió el compromiso a nadie dijo nada.

Pero un día llegó un hombre rico, despues de haber rezado, dejó allí olvidada su cartera. Francisco lo vió y calló. Tampoco dijo nada cuando un hombre pobre, que vino dos horas después, se apropió de la cartera del rico. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante la Vírgen poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje.Pero en este momento volvió a entrar el rico en busca de la cartera y al no hallarla, pensó que el muchacho se la había apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo enfadado:
! dame la cartera que me has robado! El joven sorprendido replicó: !no he robado ninguna cartera!
!no mientas devuelvemela enseguida! le repito que no he cogido ninguna cartera, afirmó el muchacho.

El rico arremetió furioso contra él. Sonó entonces una voz fuerte !detente! El rico miró hacia arriba y vio que la Vírgen hablaba.

El ermitaño que no pudo permanecer en silencio, gritó, defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación.
Este quedó asombrado y salió de la ermita.
El joven tambien salió porque tenía prisa para emprender su viaje.

Cuando la ermita quedó a solas, la Vírgen se dirigió a Francisco y le dijo: Baja del altar, no sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio. SEÑORA dijo
Francisco ¿ como iba a permitir esa injusticia?.

En ese momento se cambiaron los oficios. La Vírgen ocupó su sitio de nuevo y el ermitaño bajó. La Vírgen siguió hablando:

" Tú no sabias que al rico le convenía perder la cartera,
pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre por el contrario, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo, en cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido relizar el viaje que para él resultaría fatal. Ahora, hace unos minutos acaba de hundirse el barco, y él acaba de perder la vida. Tú no sabias nada.
Yo si se. Por eso callo".

Y la Vírgen del Rocío nuevamente guardó silencio.


Muchas veces nos preguntamos porque razón la Vírgen no nos contesta.
¿Por qué razón se queda callada?
Muchos de nosotros quisieramos que ELLA nos respondiera lo que deseamos oir, pero la Vírgen no es así; La Vírgen nos responde con el silencio..............

DEBEMOS APRENDER A ESCUCHAR SU DIVINO SILENCIO,
SON PALABRAS DESTINADAS A CONVENCERNOS DE QUE ELLA SABE LO QUE ESTA HACIENDO.
EN SU SILENCIO NOS DICE CON AMOR:

!CONFIAD EN MI, QUE SE BIEN LO QUE DEBO HACER!

Autor:Camino de Valverde (foro Rocio.com)

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