miércoles, 4 de julio de 2012

VEN A NOSOTROS SEÑORA...

Queda poco tiempo para que te veamos llegar a tu pueblo en un sencillo amanecer de escopetas, pañito y capote. Ya en Almonte todo se prepara y la ilusión se ve en la cara de su gente. Es precioso sentirte tan cerca, tenerte como una vecina más e incorporarte en la rutina de la vida cotidiana. A mi también me gustas mucho en la parroquia, tan recogida y tan cercana a todos. Tan cerca de tus hijos y tan rodeada de cariño. Que necesitados estamos de tu Venida ,pero no solo a tu pueblo, sino a todos y cada uno de nuestros corazones. Te necesitamos Madre mía, como el único bálsamo que nos puede aliviar este dolor. Este sufrir tan grande de madres sacrificadas, de trabajadores desesperados y de carencia tan grande en la opulencia que nos rodea. Sólo tu Madre mía, puedes sanar tanto corazón destrozado. Y te vistes de Pastora, por que vienes a cuidarnos, a pastorearnos , a dejar solas a las noventa y nueve ovejas y rescatar la perdida. Madre, qué necesitados estamos de ti, de tu cayado protector y de la alegría de las flores de tu sombrero. Aunque sea duro y andemos por la noche a oscuras, nos consolara la alegría de tu cara en ese amanecer almonteño del bendito Chaparral.